Ache
Los
miembros de esta etnia también son conocidos como Guayaki, pero esta es una
denominación externa a su cultura que encierra actitudes despreciativas. Esta
etnias fue muy resistente al contacto con los blancos, busco refugio en las
selvas tropicales de la región oriental y fue brutalmente perseguida por los
nacionales. En cuanto a su fisonomía , estos indígenas llaman la atención por
el color blanco de su piel, los ojos claros y otros rasgos que los diferencian
de otros grupos étnicos habitantes de la misma zona geográfica.
En
1965 León Cadogan visito un campamento Ache constatando que su dieta,
antiguamente compuesta por carnes silvestres, frutos y miel, se había reducido
completamente a comida vegetariana, especialmente en maíz y mandioca. Los Ache
producen excelentes arcos así también como cordeles con mucha resistencias.
Los
Ache creen en javu que es una palabra compuesta, la cual significa “el sonido
del alma” o “ la expresión del espíritu”.
Otra
creencia importante de los Ache es la de “Mberendy”. Se podría tratar de una
especie decreencia en la reencarnación o renacimiento.
Ava
Guaraní
Ava
Guaraní es una auto denominación que significa simplemente “el hombre guaraní”,
aunque el término “Ava” entre los nacionales tiene connotaciones despectivas.
Al contrario que la etnia Ache, los Ava Guaraní se constituyen en un pueblo más
aculturado o, como lo diría León Cadogan, más “paraguayizado”, debido a su
forma de hablar el guaraní, sus rasgos fisonómicos, indumentaria, los trabajos
que realizan, y su forma de relacionarse con la sociedad envolvente.
Los
Ava Guaraní fueron obligados a trabajar en los yerbatales a partir de fines del
siglo XIX.
Los
espacios habitados por este pueblo comenzaron a sufrir la deforestación en la
década del sesenta del siglo pasado, de tal manera que se vieron obligados a
buscar alternativas a su modo de subsistencia tradicional.
La
principal costumbre a través de la cual se conserva y transmite la memoria del
pasado entre los Ava es el jeroky rembo’e, una especie de danza sagrada donde
participa toda la comunidad masculina con sus chamanes y cantores llamados
oporaíva mientras el coro de mujeres marca el ritmo con las takuaras.
Generalmente la misma va acompañada de una bebida ritual previamente preparada,
llamada la chicha, obtenida por la fermentación del maíz.
Los
Ava Guaraní viven de la agricultura, cultivando la mandioca dulce, muchas
variedades de maíz, batata, frijoles, maní, calabaza, banano, mamón, melón,
yerba mate y caña de azúcar.
Hoy
en día, los integrantes de estas etnias tratan de criar gallinas, guineas,
pavos, cerdos y en algunos casos animales vacunos, para suplir el consumo de
carne de esta manera.
Tradicionalmente
existe una división del trabajo por género: caza, pesca y recolección de miel
son tareas exclusivas de los hombres, mientras que la recolección de frutas y
vegetales está a cargo de las mujeres. Por otro lado en la chacra trabajan
tanto varones como mujeres indistintamente.
Los
Ava no conocen la propiedad privada, por lo cual la tenencia de la tierra es
comunitaria. Todas las decisiones se toman en conjunto, es una sociedad
igualitaria. Tienen una especie de código donde se tipifican delitos y penas
que se deciden en asamblea general, a veces lo hace el chamán quien también es
el encargado de hacer las curaciones de las enfermedades.
Los
Ava Guaraní creen en Ñanderu vusú, “Nuestro Padre Grande” que vendría a ser el
Dios supremo que se crea a sí mismo y crea todas las cosas a partir de una
neblina vital llamada tatachina. Este Padre grande tiene otro compañero
“Ñanderu Mba ekuaa “Nuestro Padre Sabio”. El primero de estos dioses creó a
Tupa, como dios de las nubes, de las tormentas, de la lluvia, etc.
También
Ñandesy conocida como “Nuestra Madre” fue originada por Ñanderuvusú, la cual es
conocida como la gran tronadora, la que produce los truenos.
Mbya
E
sta etnia autodenominada “Jeguakava Tenonde” porangui´i lo que significa “Los
primeros escogidos en llevar el adorno de plumas. Los Mbya viven en pequeños
grupos que generalmente no exceden cinco familias y están diseminados por el
departamento de Guaira. Son sedentarios y poseen un gran apego al lugar que
habitan.
El
amor a la tierra y a la elevación de la misma a categorías místicas hizo que
los Mbya tradicionalmente fueran excelentes agricultores. Los Mbya tienen
también su propio código de delitos y penas; por ejemplo un violador recibe
numerosos azotes o entrega a la victima lo que ella pida , si por si acaso la
joven atacada muriera también debe morir el violador. En caso de hurto, el que
hurtare, recibirá azotes o devolverá lo hurtado. También los Mbya tienen
penalidades para casos de adulterio, incendio intencional, hechicería,
homicidio y otros delitos.
Como
todas las tribus Guaraní también los Mbya poseen importantes conocimientos
botánicos y conocen una gran variedad de yerbas medicinales, hongos, de algunos
insectos de cuyas virtudes terapéuticas saben aprovecharse.
Para
contraer matrimonio los Mbya no celebran ninguna ceremonia ni rito, simplemente
el muchacho se presenta a solicitar la mano de la muchacha, un pedido que
generalmente es cedido y en los pocos casos en que se deniega la solicitud, los
enamorados suelen fugarse y de esta forma el asunto queda terminado.
Como
ya se ha señalado esta etnia se destaca por ser un pueblo agrícola: La primera
siembra según su tradición, debe efectuarse durante la época del florecimiento
del tajy , la cual anuncia la terminación de las heladas. Es entonces cuando se
siembra maíz, mandioca, frijoles, batata dulce y maní. Cuando maduran los
frutos de las chacras los Mbya tienen la obligación transmitida de generación
en generación, de dar de comer a todos los miembros de las tribus, sin
excepción alguna.
Según
la religión de los Mbya, fue el Ñande Ru quien creó a los cuatro grandes seres:
a karai, dueño del fuego y de las ramas; a jakaira, dueño de humareda
vivificante, dios de la primavera; a Ñamandú, dios del sol y a Tupa Ru, dios de
las lluvias el trueno y el rayo. A estos cuatros dioses y sus respectivas
esposas se les aplica el nombre de i puru’a ey va. “Los que carecen de ombligo”
ya que fueron creados no engendrados. Los dioses habitan en los ambá, moradas
situadas en el centro del firmamento, a ambos lados de la trayectoria del sol,
ya que las regiones celestes, situadas al norte y al sur de la órbita del sol
pertenecen a los dioses de las otras razas.
Dentro
del repertorio mitológico de los Mbya se encuentra la historia del diluvio
universal, atreves de la cual fue destruida la primera tierra “Yvy Tenonde”.
Todos los hombres virtuosos ascendieron al cielo, mientras los pecadores
convertidos en insectos, aves, reptiles y animales, también ascendieron a los
paraísos, pero no en forma humana. Cuando fue reconstruida la tierra, por unos
de los hijos de jakaira, la misma volvió a poblarse con las imágenes de los
mismos habitantes de las de las regiones celestes, siendo los Mbya , los
descendientes directos de una mujer que vivía en el centro de la tierra (el
Guaira), y l dios ysaupi quien hizo la misma.
Hay
muchas otra tradiciones religiosas de los Mbya, como la historia de Pa’i Rete
Kuarahy, y jachy-ra, frutos del sol y la luna, respectivamente, las plegarias e
himnos sagrados y los capítulos.
De las religiones referentes a la
aparición del Creador, la creación del lenguaje humano, y otros de gran valor
poético y profundo contenido filosófico, que sobrepasan los límites de este
apartado.
2.4 Pai Tavytera
Paî es el título que emplean los dioses
cuando se dirigen el uno al otro, mientras que Tavyterâ significa habitantes de
la ciudad del centro de la tierra, por lo cual la auto denominación de la etnia
como Pâi Tavyterâ tiene un profundo contenido religioso.
Las primeras descripciones de esta
parcialidad, realizadas por los misioneros cristianos, hablaban de la supuesta
creencia de un solo Dios, del uso ritual de la cruz y del porte de una tonsura
en la cabeza como lo hacían antes los sacerdotes católicos. Pero estas
descripciones carecen pruebas de rigor científico.
En la actualidad, muchas comunidades
pertenecientes a la comunidad Pâi Tavyterâ fueron despojadas de sus
territorios, los cuales son utilizados ahora para el cultivo de soja, mientras
que los aborígenes están arrinconados en pequeños espacios urbanos. El
trastorno cultural debido al cambio
radical de su modo de vida tradicional produjo la voluntad generalizada de no
seguir viviendo: entre los Pâi Tavyterâ
se han registrado últimamente numerosos suicidios incluso de personas muy
jóvenes, debido a que encuentran que la vida no tiene sentido fuera de su
hábitat tradicional.
La cultura de los Pâi Tavyterâ está muy
relacionada con los cerros. Entre ellos se destaca el Cerro Guazú que es
considerado como el centro del mundo, el lugar de los dioses, el origen
primigenio de todos los cosmos. El segundo en importancia, el Cerro Ka´i Nambi
que es el lugar donde apareció Ñane Ramoi Jusu Pa Pa, el primer ser divino,
quien marcaria el comienzo del tiempo. También tiene importancia el cerro Perô
el cual sería la morada de uno de los dioses de la segunda generación, el dios
de la maldad. En fin, al comienzo, según la creencia de los Pâi Tavyterâ, toda
la tierra fue delimitada por once cerros.
El mencionado ya Ñane Ramoi Jusu Pa Pa
seria el creador de la tierra, quien la entrego gratuitamente a los mortales
para que las cuidasen y la conservasen. La tierra a su vez, es como una madre
que alimenta a sus hijos, y por lo tanto merece respeto. En la mentalidad de
los Pâi, consecuentemente, no entra la idea de vender o comprar la tierra
porque esto sería semejante a comprar o vender la propia madre. La tierra es
sinónimo de la vida, en ella está el aire para respirar, el agua para tomar y
criar peces, la selva que cobija a los animales, que los alimenta, los arboles
medicinales que los curan y todos aquellos elementos rituales que sostienen
espiritualmente a las comunidades.
De lo anterior se desprende que los Pâi
viven en una profunda armonía religiosa con la tierra: todo el sistema de
cultivos, de la cosecha, el manejo de los animales y de la selva tiene un
trasfondo religioso; los dioses son los dueños de todo y ellos marcan las
pautas culturales para conservar la armonía.
La presencia del mal y de la
imperfección les impulsa a buscar la tierra sin mal – Yvy Marane´y- que es un
lugar geográficamente ubicado hacia el este y para llegar a el debe cruzarse un
Gran Mar. Por eso, entre los Pâi, el cedro tiene el carácter sagrado ya que
servirá algún día para hacer las embarcaciones. En la práctica, esta búsqueda
del Yvy Marane´y se traduce en algo mucho más práctico: una búsqueda de lo
bueno, lo perfecto, de lo justo, de los practico y tranquilo en la convivencia
diaria.
Los Pâi Tavyterâ conciben la muerte como
un retorno a su hábitat primitivo; su idea recuerda la concepción platónica de
las almas caídas del hiperuniano: Viven con la idea del retorno, aunque no
saben cuando, como ni donde el mismo va a ocurrir. Por eso, la enfermedad no
les preocupa mucho, porque es tan sólo uno de los camino de este retorno.
Tampoco hay que quedarse triste por causa de la muerte, ya que la misma es una
liberación de los padecimientos de l mundo. Por eso durante el velorio, en el
cual el cadáver es puesto de forma simple sobre una tabla, los parientes y
vecinos conversan amenamente, hacen chistes y hablan con el difunto. También
consecuentemente con esta creencia, los Pâi practican lo que es la
transitoriedad de los bienes terrenales, los cuales solo sirven en el presente;
su futuro siempre es incierto y muchas veces inútil.
Tradicionalmente los Pâi Tavyterâ eran
cazadores, recolectores, pescadores y agricultores. Los cultivos tradicionales
eran el maíz, la banana, el poroto, las frutas. En menor proporción se
cultivaba la mandioca y la batata. Los niños hasta los 10-12 años se
alimentaban casi exclusivamente de la leche, el maíz y la banana. Entre las
carnes ocupaban el primer lugar las carnes blancas (pescados) y luego los
animales silvestres, especialmente el tapir y el chancho silvestre.
Los Pâi Tavyterâ elaboraron una compleja
y profunda doctrina sobre le origen del mundo, de las persona y de todas las
cosas. Hablaban de Jasuka que antes que una divinidad vendría ser un principio
energético impersonal comparable con una neblina o vapor primigenio,
materialmente vacio pero contenedor, en el sentido de ser capaz de llenarse
potencialmente con todo lo existente. Esta energía creativa primigenia fue la
que uso Ñane Ramoi Jusu Pa Pa para crear al mundo, incorporándose en el Jasuka
y apareciendo luego en ella, como si la misma se hubiese embarazado de él.
Después de esto, la Jasuka quedo “llena”, o sea, materializada con todo lo
existente.
Guaraní Ñandeva
Los Guaraní Ñandeva son muy celosos de
su cultura y tratan de no dar a conocer al resto de la población sus
tradiciones. Ellos mismos simplemente se denominan Ava – hombres.
Las comunidades de esta parcialidad
trascienden las fronteras paraguayas ya que, aparte del Chaco paraguayo, se encuentran
en Salta (Argentina) y en Bolivia, sobre la costa del rio Pilcomayo.
Estos indígenas tienen fama de ser
ensimismados, silenciosos y reacios para expresar sus afectos. Generalmente es
muy difícil para una persona extraña ganarse su confianza y poder compartir su
vida intima. Parece como si transmitieran culturalmente una personalidad
psicológica introvertida, compartida, según los observadores con los tupi
guaraní del Brasil y opuesta a sus vecinos del Chaco Boreal, los Nivaclé.
Su estructura social se configura en torno de los chamanes; si bien hoy
en día ya no existen los grandes chamanes de las épocas anteriores, aquellos
que todavía persisten tiene un carácter “especializado”: unos curan el mal de
ojo, otros saben llamar a los espíritus de la lluvia, etc.
Los Ñandeva viven en pequeños ranchos
familiares cuadrangulares de poco más de cuatro metros de lado, construidos de
madera y paja, atados con fibras de caraguata.
Conservan sus tradiciones en un ámbito
reservado y privado. Para cantar se internan en el bosque. Mantienen sus
creencias en el poder de la invocación de los espíritus para resolver problemas
o curar enfermedades. Lo hacen llamando a la lluvia o cantando durante la
tormenta.
Suele cultivar sus chacras a unos
kilómetros de las aldeas donde viven para que sus cultivos no sean alcanzados
por las cabras, ovejas y burros que crían. Tradicionalmente eran cazadores y
pescadores, usaban flechas con punta y de extremidad gruesa para no hacer
sangrar al pájaro herido.
Las mujeres suelen cocinar en un fogón
al lado de la casa. Comen platos de maíz cocinados de diferentes maneras. Entre
laos animales, tienen preferencia por el venado y el chancho silvestre. Como
condimento se usa mucho el ají silvestre llamado ki`yi`i y una pequeña planta
de flores amarillas picantes conocida como ñamby. Entre las frutas ocupan
importante lugar los frutos del cactus, además del mistol y el árbol iuia, con
pequeños frutos negros.
Los hombres practican un deporte
bastante pesado llamado taka, que consiste en que dos equipos de diez a quince
hombres en una cancha parecida a la de futbol, con unos palos intentan
introducir la pelota en la cancha opuesta. Lo más parecido en el Occidente,
quizá sea el hockey sobre césped, con la diferencia de la superficie y, quizá
la más notable, el número de heridos y contusos después de cada partido.
Los etnógrafos destacan la interesante
costumbre sobre la asignación del nombre de los niños, la cual tiene mucha
importancia entre los Ñandeva y empieza antes del nacimiento del niño. Cuando
el mismo esta por nacer, el padre sale al monte y se vuelve muy atento a todo
lo que se encuentra a su alrededor: las señales meteorológicas, las apariciones
de animales, los sonidos de la selva, etc., buscando detectar una situación que
le sugiera el nombre de la criatura. Una vez detectado el nombre, el mismo
sirve para la socialización primaria del niño, o sea, para transmitir valores,
las virtudes y los caracteres positivos que la etnia especialmente aprecia. Por
ejemplo, a veces cuando al niño le da el nombre de un animal, se le quieren
transferir sus rasgos principales, los que ilustran algunos de los nombres
Ñandeva, como Jaguapytaresa (ojos de puma), Aguaraguasu (gran zorro), Arapiri
(relámpago).
Durante las grandes fiestas bailables de
los Ñandeva se bebe kau´y obtenida por fermentación de esta fruta. Una fiesta
suele durar varios días, se bebe toda la noche y se danza en forma de rondas al
son que una orquesta de flautas de diferentes tipos y tambores con diferentes
timbres y tonos que armonizan perfectamente.
Para la cultura de los Guaraní Ñandeva
tiene mucha importancia el mudo de los espíritus y aun lo hoy en día la
influencia de esta creencia es preponderante en la vida de diaria de esta
etnia. Cuando muere una persona su alma considerada como la sombra del cuerpo,
viaja hacia la morada de los antepasados. Este lugar; en la imaginería popular,
está muy lejos: más allá donde sale el sol. Sin embargo, estas almas añorando
su antiguo hábitat a menudo suelen volver y errantes rondan entre los ranchos y
aldeas gimiendo penosamente, lo que aterroriza terriblemente a los indígenas, los cuales evitan estos
encuentros mediante ceremonias especiales.
Existen muchos otros mitos y creencias,
los cuales en alguna medida son compartidos con las otras etnias guaraníes
especialmente con los Tupi Guaraní.
Ava Katuete falta
ResponderEliminary los Chiriguanos
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ResponderEliminarTribus Tukano lo mejor dé la amazonía